Saturday 16 January 2010

Abo Bakr an-Nabulsi: El Mártir Desollado

Fuente: Iskandrani's blog
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El era Abu Bakr Muhammad bin Ahmad bin Sahl bin Nasr ar-Ramli, el mártir conocido como an-Nabulsi. Era un devoto y piadoso creyente, que no estaba para nada apegado a los placeres de este mundo. Siempre se mantuvo con la verdad. Ayunaba día por medio, y tenía gran influencia sobra la gente de su alrededor.

Era un sabio ('alem) en jurisdicprudencia (fiqh) y Hadíz. Era considerado como uno de los más grandes sabios de Hadíz de su tiempo, a tal nivel que es comparado con at-Tabarani y ibn Qutaybah. Además fue profesor a nivel que es comparado con ad-Daraqutni, al-Midani y 'Ali bin 'Umar al-Halabi.

‘Ubaydillah al-Mahdi estableció el estado Fatimí, y tomó la ciudad de al-Mahdiyya (por ello su nombre) como su capital. Esta ciudad se ubica en la costa de Tunisia, y a aproximadamente 16 millas de la zona suroeste de la ciudad de Qayrawan. Después, los hijos de ‘Ubaydillah al-Mahdi continuaron con su política expansionista hasta que Abu Tamim bin Isma'il, también conocido como al-Mu’iz li-Dinillah, conquistó Egypto. Entró a Egipto un día viernes 8 de Ramadán del año 362 (h) y estableció la ciudad del Cairo con el nombre que la conocemos hoy (al-Qahira). Los gobernantes del estado Fatimí se atribuyeron a sí mismos a la ideología shi'ita, mientras que la gente de Egipto y Palestina permanecia siendo Sunna.


Las afliciones causadas por la dinastía Famtimí fueron una gran prueba para los Musulmanes. Cuando colonizaron Palestina, la gente justa y pobres escaparon a Jerusalén ya que los Fatimíes obligarían a los sabios de entre los Musulmanes a maldecir a los compañeros del Profeta (paz sea sobre él) en sus charlas y predicaciónes. Entre estos sabios que se escaparon de las manos de los Fatimíes fue al-Imam an-Nabulsi, quién escapó a Damasco. Cuando al-Mu’iz li-Dinillah finalmente llega a Siria y la conquista, comenzó a llamar personalmente a la genta a su hesrética ideología, prohibiendo la gente a rezar las oraciones del Tarawih y Duha, y obligándoles a hacer Qunut durante el duhr.

An-Nabulsi, quien pertenecía a Ahl us-Sunnah wal-Jama’ah, consideraba que era una obligación combatir a estos Fatimíes. Con respecto a estos líderes Fatimíes dijo: "Si tuviera diez lanzas, lanzaría una de ellas a los Romanos, y lanzaría los nueve restantes a estos tiranos Fatimíes."

Cuando el Líder de Damasco, Abu Mahmud al-Kitami, tuvo la oportunidad de derrotar los Qaramitah (quienes eran enemigos de los Fatimíes) arrestó al Imam an-Nabulsi y lo puso en prisión en Ramadán. Cuando el comandante del ejército de al-Mu'iz li-Dinillah llega a Damasco, an-Nabusi les fue entregado y llevado a Egipto. A su llegada a Egipto fue llevado ante al-Mu'iz li-Dinillah, quien le dijo: "He sido informado que has dicho que si un hombre posee 10 lanzas, una de ellas debería lanzarse a los Romanos, y los nueve restantes a nosotros!"

A esto respondió an-Nabulsi: "No he dicho eso!!"

El líder fatimí sonrió, supuso que el Imam se retractaría de sus palabras. Le preguntó: "Entonces, qué has dicho?"

An-Nabulsi le respondió con vigor y valentía "Si un hombre posee 10 lanzas, debería lanzar 9 de ella a ustedes, y la décima lanza también a ustedes!!!"

Al-Mu'is le pregunta asombrado: "Y eso por qué?!"

El Imam le respondió con la misma valentía: "Porque ustedes han cambiado la religión de la Ummah, y han matado la gente justa, y han apagado la luz de la guía, y usurpado lo que no es vuestro!"

El líder Famtimí ordenó llevar a an-Nabulsi ante el público. Al día siguiente fue azotado gravemente. Al tercer día an-Nabulsi fue clavado en una cruz, y un carnicero judío fue traído para desollar su carne, después que los carniceros Musulmanes se negaran a hacerlo. Mientra su carne se desojaba desde la parte superior de la cabeza a la cara, se mantuvo paciente recordando a Alá y repitiendo el verso del Corán: "...esto está escrito en el Libro" [al-Isra';58]. Cuando el carnicero finalmente llegó a los brazos de an-Nabulsi decidió liberarlo de su miseria y tomó un cuchillo y lo clavó en su corazón, quien después aquello murió.


Fue reportado más tarde por testigos que mientras an-Nabulsi estaba en la cruz se podía oír recitación del Corán de su cuerpo muerto.

También, Ibn ash-Sha'sha' al-Misri narró que vió a an-Nabulsi en un sueño desoués de haber sido asesinado, de muy buena presencia y alegre. Le preguntó: "Qué ha hecho Alá contigo?"

An-Nabulsi le respondió:
Mi Señor me ha amado con honor eterno* Y me ha prometido Su cercanía y amistad

Y me ha llevado cerca de El* Y Dijo: "Alégrate con una vida eterna a Mi lado."




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